Los Obeliscos de la Costanera fueron el epicentro de un festejo que se adueñó de cada rincón de la ciudad. Embanderados en celeste y blan...
Los Obeliscos de la Costanera fueron el epicentro de un festejo que se adueñó de cada rincón de la ciudad.
Embanderados en celeste y blanco y unidos por el sol brillante de esta calurosa tarde del 18 de diciembre de 2022, los gualeguaychuenses le rindieron tributo a la Scaloneta, esa selección que demostró ser un ave fénix para resurgir desde sus bases, de elaborar una victoria con el mismo coraje que los próceres crearon esta nación hace más de 200 años.
Hubo que esperar 36 años desde aquella épica corrida del gualeyo Jorge Burruchaga en el estadio Azteca para volver a levantar la Copa del Mundo. Hubo que sufrir por demás, pasar decepción y lágrimas de dolor. Pero con resiliencia y perseverancia Lionel Messi y compañía lograron su máxima meta.
Gualeguaychú fue una fiesta, como el resto del país, como Qatar. Con espuma, bombos y batuqueros, con vengalas y miles de camisetas con el 10 en la espalda y el "que mirás bobo, andá para allá", la Costanera celebra y lo hará por horas.
Como en el pase a la final, las familias, los más jóvenes, los más adultos, los nenitos que ama a Messi no dejaron de gritar: "y ya lo ve, el que no salta es un inglés", "dale campeón", "como en el 86 somos campeones otra vez" y un nuevo himno "Muchachos, ahora nos volvimos a emocionar".
Todo sirvió para festejar. Desde un balde que alguna vez tuvo pintura y hoy fue un bombo, la caña para usar de mástil, el celular para grabar imágenes imborrables.
Fue imposible calcular la cantidad de vecinos, la caravana de autos fue interminable, los abrazos y hasta lágrimas se repitieron, entre conocidos y no tanto.
Gualeguaychú gritó que "de la mano de Leo Messi volvimos a dar la vuelta".
A la Selección, gratitud eterna del pueblo gualeguaychuenses.
